Tenía una curiosa forma de pico de ave, impidiendo que el doctor se acercara demasiado al infectado, y que se podía rellenar con plantas aromáticas para mitigar los olores.
Y a los picos los siguieron las sedosas cabezas, las alas que luchaban por desplegarse, los coloridos pechos, las patas escamosas y las colas por último.
Sin duda, lo que más caracterizaba al Concorde era su forma triangular y esa especie de pico de ave, que por cierto se inclinaba hacia abajo durante el despegue y aterrizaje, para mejorar la visibilidad de los pilotos.