El 31 de mayo, en el municipio de Hebrón, en la Franja de Gaza, soldados israelíes mataron por impacto de bala a un palestino que intentaba acuchillarlos.
Los acuchillamos con nuestras espadas y obtuvimos el resultado que esperábamos pues, el resto de ellos, al oír sus lamentos y aullidos, huyeron a toda prisa y nos dejaron en paz.
Seguimos al guardián a través de aquel corredor palaciego y llegamos a una gran sala circular donde una auténtica basílica de tinieblas yacía bajo una cúpula acuchillada por haces de luz que pendían desde lo alto.
Su forma también era la de un pez espada, salvo por las gigantescas mandíbulas que llevaba cerradas para nadar más deprisa, justo por debajo de la superficie con la gran aleta dorsal, acuchillando el agua sin vacilar.