2.Para ello profundizó la explotación y el pillaje de los pueblos y de los recursos de los países de la periferia a fin de poder así acumular y experimentar nuevas armas convencionales y no convencionales de destrucción en masa, fortaleciendo particularmente las nucleares, químicas y bacteriológicas, dirigidas principalmente contra los Estados socialistas —sus contendores más visibles— como mecanismo de disuasión, y a los países dependientes como polígonos de ensayo de las nuevas armas de exterminio.