El derrame contaminó la costa en una extensión de más de 5.250 pies y en las actividades de limpieza se hallaron ejemplares de la fauna marina muertos.
También llevó a cabo inspecciones de puertos y de litoral con la ONUCI en agosto e inspeccionó en Abidján dos registros de hoteles en una iniciativa conjunta.
Además, intensificó los efectos de los desechos nucleares y tóxicos ilegalmente vertidos a lo largo de la costa de Somalia, cuestión que entraña connotaciones jurídicas y morales.